No son solo 43

No son solo 43

Desde las desapariciones y los asesinatos de los estudiantes normalistas de la Escuela Normal Rural Raúl Isidro Burgos de Ayotzinapa han sido muchas las respuestas y reacciones así como la cobertura mediática a nivel nacional e internacional que este caso ha recibido.

Desde finales de Septiembre del año pasado se han llevado a cabo manifestaciones multitudinarias en México y en el mundo, varios paros en instituciones de educación,  acciones de protesta a nivel mundial, nueve días de acción global de protesta y una larga lista de acciones convocadas por los familiares de los asesinados y desaparecidos que sería larguísima de detallar.

Ayotzinapa, de alguna manera, ha puesto los reflectores en un caso concreto de la violencia sistemática que se vive en la República Mexicana, pero este no es un caso aislado. Las cifras nos hablan de mas de 25.000 personas desaparecidas y más de 125.000  muertas desde que en el 2006  el presidente Felipe Calderón declarara la llamada “Guerra contra el Narcotráfico”.

¿Los orígenes?

El pasado 26 y 27 de septiembre del 2014 los estudiantes normalistas estaban dentro de los actos preparatorios de su viaje al Distrito Federal para participar en los actos conmemorativos del 2 de Octubre, la Matanza de Tlatelocto perpetrada por el gobierno mexicano, y en la que participaron, además de las fuerzas policiacas, el grupo paramilitar Batallón Olimpia y el ejército.  Es un día negro de la historia de México en el que se recuerda una de las matanzas más sangrientas en la historia del país, a día de hoy, debido a la ocultación de información por parte del gobierno, todavía no ha sido posible determinar la cifra real de personas muertas, (aunque se estima que pudieron ser unas 400), así como de personas desaparecidas, más de 3000 fueron detenidas y conducidas al Campo Militar nº 1 y a la cárcel de Lecumberri.

Y pasan los años, el pueblo no calla ni la represión tampoco

Las escuelas normales rurales fueron creadas en la década de los 20’s y siempre estuvieron totalmente alejadas de las prioridades del gobierno, carecían totalmente de presupuesto y esto permitió que se generara un sentido de autonomía y una vinculación directa con las comunidades donde están. La principal misión de estas escuelas es la capacitación de maestros rurales y nacen con la idea de que estos, una vez finalizado su periodo de formación, brinden a las comunidades más pobres un acceso a la educación. Uno de los requisitos fundamentales para tener acceso a estas escuelas es que los estudiantes sean de escasos recursos, una vez en ellas,  se les otorga una especie de “beca” para cubrir su internado y alimentación.

Cada año, los maestros y alumnos de estas escuelas tienen que enfrentar una batalla por su sobrevivencia, ya que la Secretaria de Educación tiene que lanzar una convocatoria para becas de las normales rurales, en caso de que estas convocatorias no existan podría suponer que las escuelas se declaren desiertas y puedan ser cerradas.

En diciembre del 2011, mientras los normalistas realizaban un bloqueo en la Autopista del sol, que conecta la Ciudad de México con Acapulco, dos estudiantes fueron asesinados por impacto de bala. Jorge Alexis Herrera Pino y Gabriel Echeverría de Jesús murieron en el enfrentamiento con la policía mientras luchaban por la permanencia de la escuela,  por la exigencia de material didáctico, libros, mejoras y mobiliario.

¡Vivos se los llevaron!

La madrugada del 26 al 27 de Septiembre del pasado año, tres autobuses de estudiantes normalistas fueron emboscados por la policía municipal del municipio de Iguala, en el estado de Guerrero. El primer ataque tuvo lugar sobre las 21:30 de la noche del 26 cuando la policía abrió fuego  hiriendo de gravedad a un estudiante y asesinando a Daniel Solís Gallardo. Algunos pudieron escapar poniendo en alerta de lo que estaba sucediendo a los compañeros que se habían quedado en Ayotzinapa, el resto fueron detenidos.

Sobre las 23:00 horas compañeros de la Normal Rural de Ayotzinapa llegaron al lugar del ataque, allá encontraron a los estudiantes que habían conseguido escapar y comenzaron la búsqueda de compañeros heridos o escondidos. Sobre la medianoche fueron atacados de nuevo con ráfagas de disparos que acabaron con la vida de Julio César Ramírez Nava y Julio César Mondragón Fuentes, el resto de estudiantes consiguió escapar a los disparos y esconderse.

Casi a la misma vez, en la autopista de Chilpancingo, otro grupo emboscó y disparó a un autocar que transportaba a un equipo de futbol local que regresaba de un partido, los Avispones de Chilpancingo. En este ataque fueron asesinados David Josué uno de los jugadores, Blanca Montiel pasajera de un taxi y el chofer del autobús.

El 27 en la mañana el Ejercitó encontró el cuerpo de Julio Cesar Mondragón (asesinado en el segundo ataque) con su rostro desollado. En ese momento 57 normalistas estaban en situación de desaparecidos, a los días 14 de ellos ya habían sido localizados.

El saldo final de los dos ataques fue de 6 muertos, 27 heridos de diferente consideración y 43 normalistas desaparecidos. Todos los hechos sucedieron a menos de 3 kilómetros de donde se encuentra el cuartel del 27º batallón de infantería.

¡Fue el Estado!

Los 43 normalistas desaparecidos fueron detenidos por elementos de la Policia Municipal de Iguala (Guerrero),  según la versión oficial, después fueron entregados a la Policía del municipio vecino de Colula y estos, en una operación totalmente diseñada, cambiaron las matrículas de las camionetas y los entregaron al cártel de los Guerreros Unidos en la Loma de Coyote.

Recientemente han aparecido imágenes de los normalistas desaparecidos la noche del 26 después de que el Instituto Federal de Acceso a la Información (Ifai) ordenara a la Secretaria de la Defensa Nacional (SEDENA) a entregar todo el material que tuviera acerca de los ataques. La SEDENA negó en todo momento el conocimiento y su participación en los hechos, están fotografías prueban que, no solo tenían conocimiento de lo que estaba pasando, sino que fueron parte de los hechos. También consta en el informe de los militares de esa noche que tanto la Policía Estatal como la Federal estaban enteradas de los hechos, pero que decidieron no intervenir.

Jesús Murillo Karam, procurador general de la República, informó en rueda de prensa que según las declaraciones de integrantes de Guerreros Unidos detenidos por los hechos, los estudiantes fueron trasladados al basurero municipal de Colula hacinados en dos camionetas después de haber sido brutalmente torturados. En el traslado 15 de ellos murieron por asfixia, otros fueron ejecutados con un tiro en la cabeza y después lanzados a la parte baja del basurero donde fueron incinerados hasta la calcinación, posteriormente recogieron las cenizas para meterlas en bolsas de plástico y proceder a arrojarlas al río San Juan.

En la búsqueda de los normalistas desaparecidos se encontraron 17 fosas comunes clandestinas cerca de Iguala, con un número no determinado de cadáveres.

El presidente municipal de Iguala del PRD, José Luís Abarca y su esposa Ángeles Pineda, fueron detenidos por su responsabilidad intelectual y material en los hechos, es más, hay testigos que aseguran haber presenciado como el edil disparaba en la cara y en el pecho a dos estudiantes. Según los testimonios, Ángeles Pineda dirigía las finanzas del cártel de Guerreros Unidos, en ese momento estaba en plena campaña electoral para ser elegida regidora. El mismo día 26 ella había preparado un gran acto de campaña en la plaza central de Iguala.

El jefe de la policía de Iguala también es detenido por su complicidad con el narco del que recibía 600 mil pesos mensuales y por su participación en los hechos.

Ayotzinapa es un caso paradigmático en medida que todos los elementos nos llevan a comprobar hasta que punto la combinación estado- narco es una simbiosis en la que es imposible determinar donde empieza uno y donde termina el otro. No se trata de complicidad o de combinación, es una fusión de los dos donde se concentra todo el poder, la violencia el terror y la impunidad.

Fue el estado es mucho más que una consigna, es una realidad.

¡Vivos los queremos!

Han pasado más de 5 meses desde esa fatídica noche, cinco meses después las familias han tendido que soportar la burla y el desprecio del Estado y una “verdad oficial” que se desmorona por inverosímil.

Apoyadas en un equipo de investigadores argentinos, niegan con rotundidad la muerte de sus familiares, ya que no hay ni una sola prueba que pueda afirmarlo, y exigen la inmediata presentación con vida de los desaparecidos. “A nosotros lo único que nos interesa es que nos lo regresen y que expliquen qué fue lo que pasó esa noche en Iguala”.

Exigen que se abran los cuarteles, y que ellos mismos puedan ser testigos de que sus hijos no están dentro: “Son 43 nuestros hijos desaparecidos, es un dolor que no podemos explicar, lo único que pedimos es que no nos dejen solos, en los próximos días vamos a iniciar visitas a los cuarteles, lo haremos personalmente nosotros, por favor no nos dejen solos”

Durante todos estos meses han sido revictimizadas, se les niega cualquier posibilidad de justicia, ya que es imposible confiar que esta llegará de las mismas manos que le arrebataron a sus hijos, hermanos, padres, esposos y compañeros. Ellos siguen exigiendo y construyendo esta justicia que se les niega y continúan en la búsqueda incansable de sus familares.

Próximamente iniciaran una caravana informativa por Europa en la que pretenden compartir con las personas de abajo y a la izquierda su experiencia de lucha, tejer lazos de solidaridad y apoyo mutuo con las luchas de Europa que obliguen al gobierno mexicano a responder todas las incógnitas e incongruencias que acompañan este caso. La insistencia por parte del presidente Enrique Peña Nieto es “Ya supérenlo” y  “No podemos quedarnos estancados en Ayotzinapa”.

A principios de Mayo pasarán por Barcelona, en estos momentos se está trabajando en la coordinación y preparando la agenda de esta visita.

Los desaparecidos siempre nos faltarán a todas y todos. 

¡Porque vivos se los llevaron, vivos los queremos!