“Nosotros no les pedimos nada a los malos gobiernos, pues en este momento si les queremos decir en claro una cosa, que la libertad de nuestro compañero Mario Luna no les pertenece y que no se la pueden quitar así nada más. Les decimos que esa libertad es suya y de su pueblo y que tienen que devolver lo que tomaron a la fuerza”
A los pueblos, naciones, barrios y tribus que integran el Congreso Nacional Indígena.
A lxs compas presxs de Tlanixco: Rómulo Mireles, sentenciado a 54 años de cárcel, Pedro Sánchez Berriozábal, sentenciado a 52 años de cárcel,Teófilo Pérez González, sentenciado a 50 años de cárcel, Lorenzo Sánchez Berriozábal, en espera de su sentencia, Marco Antonio Pérez González, en espera de su sentencia, y Dominga González Martínez, en espera de su sentencia.
A los compas presos de San Sébastián Bachajón: Santiago Moreno Pérez,Emilio Jiménez Gómez, Esteban Gómez Jiménez.
A los compas presos de San Miguel Aquila, Michoacán: Agustín Villanueva Ramírez, sentenciado a 27 años de cárcel, Vicente Villanueva Ramírez,sentenciado a 27 años de cárcel y Efraín Villanueva Ramírez, sentenciado a 27 años de cárcel.
A los compas presos Loxichas, de Oaxaca: Álvaro Sebastián Ramírez, Justino Hernández José, Eleuterio Hernández García, Agustín Luna Valencia, Abraham García Ramírez, Fortino Henriquez Hernández, Zacarías Pascual García López.
A los pueblos de México y del mundo
La cárcel, como lo expresó muchas veces el CNI, no es más que una de las 1001 cabezas de la represión que se abate diariamente sobre los pueblos indígenas de México: “La guerra contra nuestros pueblos indígenas dura ya más de 520 años, el capitalismo nació de la sangre de nuestros pueblos y a los millones de nuestros hermanos y hermanas que murieron durante la invasión europea, hay que sumar los que murieron en las guerras de independencia y de reforma, con la imposición de las leyes liberales, durante el porfiriato y en la revolución. En esta nueva guerra de conquista neoliberal la muerte de nuestros pueblos es la condición de vida de este sistema. En las últimas décadas miles y miles de nosotros hemos sido torturados, asesinados, desaparecidos y encarcelados por defender nuestros territorios, nuestras familias, nuestras comunidades, nuestra cultura, nuestra vida misma”, escribían las hermanas y los hermanos del Congreso Nacional Indígena y del Ejercito Zapatista de Liberación Nacional en agosto de 2014 (“Sobre la represión a nuestros pueblos”).
Pero sabiendo eso, y por vivirlo también nosotrxs, del otro lado del océano, sabemos hasta qué punto el encierro mata a fuego lento tanto a lxs presxs que lo sufren, como a sus seres queridos y a sus comunidades de origen, separando, aislando, fragmentando e intentando, a través del cansancio y de la desesperanza, condenar nuestras vidas y nuestras resistencias al olvido y al desinterés.
Sabemos que eso es particularmente cierto para muchos de lxs familiares y de lxs compañeros y compañeras del CNI, condenadxs a sentencias de decenas de años de cárcel en la indiferencia general, después de simulacros de justicia y de juicios chapuceros ejecutados según los términos de una justicia estatal y carcelaria que niega desde hace cinco siglos la autonomía política y cultural de los pueblos indígenas, así como la existencia de sistemas de justicia propios de las comunidades.
Como lo recuerdan regularmente muchxs compas, es el sistema carcelario en su conjunto el que fue creado y que funciona para el beneficio del Estado y del capitalismo, hundiendo detrás de las jaulas a millones de mujeres y de hombres, y obligándolos de manera aún más fuerte que en las fábricas, a someterse, a obedecer y a aceptar la explotación y el trabajo forzado. Si nos solidarizamos hoy en día con los presos y las presas del CNI, no es, entonces, cerrando los ojos sobre la condición de todxs los otrxs encarceladxs que pueblan las cárceles, tanto en México como en el resto del mundo, la mayoría de ellxs, pobres, indígenas, oprimidxs y explotadxs.
Pero es sobre todo porque, detrás de cada uno de los presos y de las presas del CNI, hay familias, comunidades y luchas que, a pesar de los años y de los siglos de represión, siguen todavía rechazando el robo de su libertad.
Firmas:
– Francia;
MutVitz13 – Marseille –Francia ;
Corsica Internaziunalista – Corsica ;
Zapatista ; Red-Latinoamericana de Zürich (RLZ) – Suiza ;
Txiapasekin (Plataforma Vasca de Solidaridad conChiapas) ;
Associació Solidaria Cafè Rebeldía-Infoespai, Barcelona ;
-Edinburgh Chiapas Solidarity Group,
Chiapasgruppa – LAG (El Grupo Chiapas – LAG Noruega)