Compañeras, Compañeros,
Hermanas, Hermanos de México y el Mundo
Desde distintas geografías de México y del Mundo nos hemos dado cuenta de las injusticias, represión y despojo de la que ha sido parte la comunidad indígena Nahua de San Pedro Tlanixco desde hace casi 30 años, primero con la construcción de la autopista privada Tenango del Valle-Ixtapan de la Sal, después con el despojo del agua de sus manantiales por parte de los empresarios nacionales y transnacionales floricultores del municipio de Villa Guerrero, que derivó en la muerte de uno de sus dirigentes y que desde el 2003 tiene en un secuestro por parte del estado a nuestros compañeros y compañera:
– Rómulo Mireles sentenciado a 54 años de prisión
– Pedro Sánchez Berriozábal sentenciado a 52 años de prisión
– Teófilo Pérez González sentenciado a 50 años de prisión
– Lorenzo Sánchez Berriozábal espera sentencia
– Marco Antonio Pérez González espera sentencia
– Dominga González Martínez espera sentencia
El 28 de mayo pasado, se cerró el proceso, después de 10 años de injusta prisión, de nuestros compañeros Lorenzo y Marco Antonio y de la compañera Dominga, quedando ahora en manos de un juez que en sus palabras “verá el expediente cuando tenga tiempo”, la libertad de nuestros compañeros y compañera. Durante estos 10 años de secuestro, sabemos que los compas se han enfermado sin recibir atención médica o recibiéndola de manera deficiente, como el reciente caso de la compañera Dominga quien tuvo que ser intervenida quirúrgicamente en días pasados. Sostenemos que la causa de su enfermedad y de las que también han padecido nuestros compañeros son responsabilidad del mal gobierno que les tiene aislados, reprimidos, lejos de su comunidad, compañeros y familias.
Como se ha demostrado a lo largo de la historia de México, la justicia no vendrá nunca de arriba, de ellos sólo viene el desprecio, el despojo, la represión, la discriminación, el encarcelamiento, es por eso que abajo tenemos que construirla, a nuestros modos, desde la solidaridad nacional e internacional, hermanándonos con las luchas de los pueblos que defienden la vida y se construyen en autonomía y dignidad.
Es por ello que hemos decidido hacer eco a la voz de nuestr@s compañeros del Movimiento por la Libertad de los Defensores del Agua y la Vida de San Pedro Tlanixco, desde nuestras geografías, a esta exigencia de justicia, porque si tocan a un@ nos tocan a tod@s.
Desde nuestra digna rabia exigimos la sentencia absolutoria para los compañeros y compañeras, la cancelación de las ordenes de aprehensión para quienes después de tantos años no han podido regresar a sus casas y la liberación inmediata de los compañeros que ya han recibido sentencia, sabemos que el caso de los compañeros y la compañera es una de las cabezas de la maldita Hidra, que es algo que se repite no sólo en México sino en todos los rincones del mundo en donde nos levantemos a defender la vida y como hemos aprendido en el caminar de nuestras luchas sostenemos que nosotr@s tampoco nos vendemos, que no nos rendimos y que no claudicamos, que nuestros compañeros y compañera defensores del agua y de la vida de Tlanixco y nuestr@s compañer@s del Movimiento no están ni estarán solos, porque desde cada uno de nuestros rincones no descansaremos hasta conseguir la libertad y la justicia para nuestr@s compas de Tlanixco.
¡Pres@s políticos, LIBERTAD!
¡Qué vivan los pueblos del Congreso Nacional Indígena!